Una mañana agitada a las 8:30, cuando un
señor mayor de unos 80 años, llego al hospital para que le retiraran los puntos
de su pulgar.. El señor dijo que estaba apurado y que tenia una cita a las 9:00
am, el doctor le pidió que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de
una hora.. Lo vio mirando su reloj y decidió, examinar su herida.. Mientras lo
curaba le pregunto si tenía
una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.. El señor le
dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa.. El
doctor le pregunto sobre la salud de ella: Él le respondió que ella hacía
tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.. Le pregunto si ella se
enfadaría si llegaba un poco tarde: Le respondió que hacia tiempo que ella no
sabía quien era el, que hacia cinco años que ella no podía ya reconocerlo.. El
doctor sorprendido entonces le pregunto: '¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun
cuando ella no sabe quien es usted..?' El sonrió y le dijo:"Ella no sabe
quien soy, pero yo aun se quien es ella y la amo.." Al doctor se le erizo
la piel, y tuvo que contener las lagrimas mientras el señor se iba, y pensó,
"Ese es el tipo de amor que quiero en mi vida.."El Amor verdadero no
es físico, ni romántico.. El Amor verdadero es la aceptación de todo lo que es,
ha sido, será y no serás en la vida..
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sábado, 22 de febrero de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
Los zapatos del campesino
Un estudiante universitario salió un día a dar un
paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su
bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el
camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que
trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.
El alumno dijo al profesor: "Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y
ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre".
Mi querido amigo - le dijo el profesor - nunca
tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle
una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos
ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se
ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y
cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo
deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver
qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró
la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para
todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el
otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus
sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo
pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa
enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano
desconocida no morirían de hambre. El estudiante quedó profundamente afectado y
se le llenaron los ojos de lágrimas. Ahora, dijo el profesor ¿no estás más
complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió: "Usted me ha enseñado una
lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor
dar que recibir".
Confiando en Dios
A mediados del siglo XIX, el
caminante sobre cuerda floja de nombre Blondin, se preparaba para intentar su
mayor hazaña. Extendió un cable de acero de dos pulgadas a los largo de las
Cataratas del Niágara. Una gran muchedumbre se congregó para observar.
Entonces Blonding dijo al público
presente:”¿ Cuántos de ustedes creen que puedo cargar sobre mis hombros el peso
de un hombre al cruzar este desfiladero?
La muchedumbre incrementaba y lo
aclamaban, creyendo que él sí podía llevar a cabo una proeza tan difícil.
Blondin levantó sobre sus hombros un saco de arena que pesaba unas 180 libras y
lo llevó cargado a través de las cataratas. Ambos llegaron ilesos al otro lado.
Entonces Blondin preguntó:
¿Cuántos de ustedes creen en efecto que puedo llevar una persona cargada a
través del barranco? Otra vez la muchedumbre elevó gritos y aplauzos de
aclamación.
“¿Cuál de ustedes es el que subirá
sobre mis hombros y me va a permitir que lo lleve al otro lado de las
Cataratas? ”
Se hizo un gran silencio entre el
público. Todos deseaban ver a Blondin llevar una persona cargada a través del
desfiladero, pero nadie deseaba colocar sus vidas en la manos de Blondin.
Por fin, un voluntario dio el
paso, dispuesto a participar en esta mortal hazaña. ¿Quién fue este individuo?
Era el Gerente administrador de Blondin, quien conocía por varios años y en
persona, al caminante sobre cuerda floja.
Al hacer los preparativos para
cruzar las Cataratas, Blondin le dijo a su administrador:” No debes confiar en
tus propios sentimientos, sino en los míos. Sentirás que tenemos que virar
cuando no hay que hacerlo y si confías en tus sentimientos, ambos caeremos.
Debes hacerte parte de mi persona “. Ambos llegaron ilesos al otro lado.
Jesús nos da las mismas
instrucciones, cuando en medio de circunstancias difíciles nos pide que
confiemos en Él. ” No confies en tus propios sentimientos. Confía en Mí y te
llevaré al otro lado “.
Salmos 40:4
“Bienaventurado el hombre que puso á Dios por su confianza”
Salmos 94:22
Mas el Señor me ha sido por refugio; Y mi Dios por roca de mi confianza.
Proverbios 14:26
En el temor de Dios está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.
2 Timoteo 1:12 …Pero no me averguenzo, porque yo sé a quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquél día…
“Bienaventurado el hombre que puso á Dios por su confianza”
Salmos 94:22
Mas el Señor me ha sido por refugio; Y mi Dios por roca de mi confianza.
Proverbios 14:26
En el temor de Dios está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.
2 Timoteo 1:12 …Pero no me averguenzo, porque yo sé a quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquél día…
El poder de la vida o de la muerte...
Había una vez un hombre
muy sabio, un hombre que era muy conocido en toda la comarca, era reconocido
por su sabiduría, obviamente nunca faltaban los envidiosos, los resentidos…
Uno de ellos, mando a
uno de sus achichincles para que le pusiera una trampa para ridiculizarlo.
Le dijo:
Mira ve y hazle una
pregunta tan difícil que no te la pueda contestar, de tal manera que lo pongas
en el peor de los ridículos.
El achichincle contesto:
Pero…
¿qué pregunta le hago?
Toma un pajarito entre
tus manos y cuando él esté echándose su discurso, lo interrumpes y le
cuestionas:
“Tú,
gran maestro, que todo lo sabes, responde… ¿qué tengo yo entre mis manos, vida
o muerte?”.
Si te dice vida,
sencillamente aprietas el puño sobre el ave, y le echas en cara su error, “mira
ya está muerta”; en cambio, si te dice muerte, abres las manos y el ave
va a salir volando, conteste lo que te conteste, no lo transamos.
Días después llega el
hombre sabio a su acostumbrada y nutrida conferencia, en el momento culminante
el achichincle se levanta con el ave entre las manos y le dice:
“Gran
maestro tu que todo lo sabes… ¿qué tengo aquí entre mis manos… vida o
muerte?”
El maestro se le queda
mirando a los ojos y le dice:
Tú
tienes lo que quieras tener, en tus manos está el poder de la vida y de la muerte.
¿Qué significa esto?
Tú tienes en tus manos
el poder de la vida y de la muerte. Esta en tus manos lo que quieras hacer con
tu vida. Crear o destruir.
Una verdadera historia de perdón
Una mujer que se llevaba muy mal con su esposo sufrió un paro cardíaco.
Casi a punto de morir, un ángel se presentó ante ella para decirle que,
evaluando sus buenas acciones y sus errores no podría entrar al cielo; y le
propuso permitirle estar en la tierra unos días más hasta lograr cumplir con
las buenas acciones que le faltaban. La mujer aceptó el trato y se regresó otra
vez en su hogar junto a su esposo. El hombre no le dirigía la palabra porque
hacía tiempo que estaban peleados.
Ella pensó:
- Me conviene hacer las paces con este hombre. Está durmiendo en el
sofá, hace tiempo dejé de cocinarle. Él ahora está planchando su camisa para
salir a trabajar, le daré una sorpresa.
Cuando el hombre salió de la casa, ella empezó a lavar y planchar toda
la ropa de él. Preparó una rica comida, puso flores en la mesa con unos
candelabros, y un cartel en el sofá que decía: “Creo que puedes estar más
cómodo durmiendo en la cama que fue nuestra. Esa cama donde el amor concibió a
nuestros hijos, donde tantas noches los abrazos cubrieron nuestros temores y
sentimos la protección y la compañía del otro. Ese amor, aún con vida, nos espera
en esa cama. Si puedes perdonar todos mis errores, allí nos encontraremos”.
Tu Esposa
Cuando terminó de escribir el último renglón “Si puedes perdonar todos
mis errores” pensó: ¿me he vuelto loca?, ¿yo voy a pedirle perdón cuando fue él
quién empezó a venir enojado de la calle cuando lo echaron de la fábrica y no
conseguía trabajo?. Yo tenía que arreglarme con los pocos ahorros que teníamos
haciendo malabares, y todavía tenía que soportar su ceño fruncido. Él empezó a
tomar, aplastado en el sillón, exigiendo silencio a los niños que sólo querían
jugar. Él empezó a gritarme cuando yo le decía que así no podíamos seguir, que
yo necesitaba dinero para mis hijos. Él lo arruinó todo; y ¿ahora yo tengo que
pedirle perdón?
Enfurecida rompió la carta y escuchó la voz del ángel que decía:
- “Recuerda: algunas buenas acciones y alcanzarás el cielo, de lo
contrario no podrás entrar”.
La mujer pensó:
- ¿Valdrá la pena?, y rehizo la carta agregando aún más palabras
cariñosas: “No supe comprender nada entonces, no supe ver tu preocupación al
quedarte sin empleo, luego de tantos años con un salario seguro en esa fábrica.
¡Debiste haber sentido tanto miedo! Ahora recuerdo tus sueños de “cuando me
jubile haremos”. Cuántas cosas querías hacer al jubilarte. Pude haberte impulsado
a que las hicieras en lugar de obligarte a aceptar estar todo el día sentado en
ese taxi.
Ahora recuerdo aquella noche de locura cuando rompí esas cartas de amor
que habías escrito para mí, y prendí fuego a todas las telas de los cuadros que
pintabas. En ese momento me enfurecía verte allí, encerrado en ese cuarto
gastando nuestro dinero en pomos de pintura para nada, o sentado en ese
escritorio escribiendo tonterías para mí. Debí haberte impulsado a vender esos
cuadros. Eran realmente hermosos. Estaba desesperada, yo también me sentía
segura con el salario de la fábrica y no supe ver tu dolor, tu miedo, tu
agonía.
Por favor perdóname mi amor. Te prometo que de hoy en adelante, todo
será diferente. Te amo.
Tu Esposa
Cuando el marido regresó del trabajo, al abrir la puerta notó algo
distinto; el olor a comida, las velas en la mesa, su música favorita sonando
suavemente y la nota en el sofá. Cuando la mujer salió de la cocina con la
fuente en la mano, lo encontró tirado en el sillón llorando como un niño. Dejó
la fuente, corrió a abrazarlo y no necesitaron decirse nada, lloraron juntos,
él la alzó en sus brazos y la llevó hasta la cama; hicieron el amor con la
misma pasión del primer día. Luego comieron la exquisita comida que ella había
preparado, rieron mucho mientras recordaban anécdotas graciosas de los niños
haciendo travesuras en la casa.
Él la ayudó a levantar la mesa como siempre lo hacía, y mientras ella
lavaba los platos, vio por la ventana de la cocina que en el jardín estaba el
ángel. Salió llorando y le dijo:
- Por favor ángel, intercede por mí. No quiero a este hombre sólo en
este día. Necesito un tiempo más para poder impulsarlo con sus cuadros, y
tratar de reconstruir esas cartas que sólo para mí y con tanto amor había
escrito. Te prometo que en poco tiempo, él estará feliz, seguro; y ahí sí podré
ir donde me lleves.
El ángel le contestó:
- No tengo que llevarte a ningún lado, Mujer. Ya estás en el cielo, te
lo has ganado. Recuerda el infierno donde has vivido y nunca olvides que el
cielo siempre está al alcance de tu mano.
La mujer oyó la voz de su marido que desde la cocina le gritaba:
- “Mi amor, hace frío, ven a acostarte, mañana será otro día”.
Sí -pensó ella-, gracias a Dios, mañana será otro día…
lunes, 17 de febrero de 2014
Salmos 23:1-3
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su Nombre... Salmos 23:1-3
Proverbios 28:13
Proverbios 28:13
El que encubre sus pecados, no prosperara:
más el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia.
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