Había una vez un hombre
muy sabio, un hombre que era muy conocido en toda la comarca, era reconocido
por su sabiduría, obviamente nunca faltaban los envidiosos, los resentidos…
Uno de ellos, mando a
uno de sus achichincles para que le pusiera una trampa para ridiculizarlo.
Le dijo:
Mira ve y hazle una
pregunta tan difícil que no te la pueda contestar, de tal manera que lo pongas
en el peor de los ridículos.
El achichincle contesto:
Pero…
¿qué pregunta le hago?
Toma un pajarito entre
tus manos y cuando él esté echándose su discurso, lo interrumpes y le
cuestionas:
“Tú,
gran maestro, que todo lo sabes, responde… ¿qué tengo yo entre mis manos, vida
o muerte?”.
Si te dice vida,
sencillamente aprietas el puño sobre el ave, y le echas en cara su error, “mira
ya está muerta”; en cambio, si te dice muerte, abres las manos y el ave
va a salir volando, conteste lo que te conteste, no lo transamos.
Días después llega el
hombre sabio a su acostumbrada y nutrida conferencia, en el momento culminante
el achichincle se levanta con el ave entre las manos y le dice:
“Gran
maestro tu que todo lo sabes… ¿qué tengo aquí entre mis manos… vida o
muerte?”
El maestro se le queda
mirando a los ojos y le dice:
Tú
tienes lo que quieras tener, en tus manos está el poder de la vida y de la muerte.
¿Qué significa esto?
Tú tienes en tus manos
el poder de la vida y de la muerte. Esta en tus manos lo que quieras hacer con
tu vida. Crear o destruir.
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