jueves, 1 de mayo de 2014

Ayúdame señor

Señor: Aquí está mi mente en este día, llénala de tu luz.
Aquí está mi alma, llénala con tu presencia para siempre.

Hoy te presento mis asuntos personales y mi familia, bendícelos.

Ayúdame a recordar oh Padre, que no existe mayor poder que el tuyo.

Ayúdame Señor a serte fiel en todas las horas de este día, y siempre.

Ayúdame a recordar que soy un discípulo tuyo y por lo tanto, debo representarte dignamente en todo cuanto digo, pienso y hago.

Ayúdame a reconocerte en todas las situaciones de la vida, aún en medio de la furia huracanada del vendaval, y los duros golpes de la adversidad.

Ayúdame oh Señor a recordar que tú puedes convertir el mal en Bien, la derrota en Victoria, y el fracaso en Gigantesco Triunfo para la Gloria y la honra de tu Santo Nombre.

Y por último Padre: Enséñame a usar correctamente el arma proponente que me diste, o sea, LA FE. Enséñame a confiar en tí, siguiendo por el sendero ascendente de la santificación, sabiendo que no importa el camino por el que tenga que transitar, ya sea pavimentado con rosas o con espinas, si tú a mi lado estás mi triunfo estará asegurado. Y por ello, un día muy pronto moraré con los redimidos por toda la eternidad.


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